TRES claves para estudiar en la vida adulta Conviértete en una máquina de estudiar tengas
la edad que tengas
1.
Analiza la
situación
2.
Estudias
tus fortalezas
3. Ejecuta
acciones sobre elementos que sí puedes controlar.
¿Eres de
los que piensas que con la edad te cuesta más estudiar? O que eres
demasiado mayor?
Hay personas que creen que debido a su edad les cuesta
más estudiar.
Piensan que ya no pueden. Que no es su momento. Que
estudiar y aprender es para gente más joven. Si te has pillado alguna vez
pensando de esta manera, has caído en las garras de una creencia limitadora y
voy a demostrarte que SÍ puedes estudiar mejor y que SI
hay cosas que puedes hacer para mejorar.
Con la edad somos más conscientes de las dificultades
en nuestro camino pero caemos en la trampa de asumir que el origen de las
dificultades está en nuestra edad en vez de en otros factores. Creencias
simplificadas y limitadas cómo esta suelen darse cuando no conocemos el “cómo”
aprender y achacamos nuestro desconocimiento a causas como la edad, incapacidad
(la cabeza no me da) y en general, a factores sobre los que no tenemos
ningún control.
Pensar
de esta manera puede suponer una profecía
auto-incumplida ya que las personas nos cerramos a ver otras
opciones SOBRE LAS QUE SI TENEMOS CONTROL.
Pero,
¿Es de verdad la edad es un impedimento a la hora de estudiar o realmente las
dificultades vienen por otro lado?
Una persona que comienza a estudiar después de varios
años sin contacto con los libros puede caer en el patrón siguiente:
1.
Abre el
libro y empieza a leer el contenido sin ningún objetivo en la lectura.
2.
Trata de
rememorar lo leído y se da cuenta de que ya se le han olvidado muchas cosas.
3. Automáticamente emite la sentencia: ¡como me cuesta
estudiar! ¡ya no tengo edad para esto!
Si te sientes identificado con este
patrón o alguno similar, vas a ver 3 pasos que puedes dar para darte cuenta que
la edad no es realmente tu problema:
Paso 1:
Analiza la situación:
Hay ciertas preguntas que te pueden ayudar a darte
cuenta dónde se encuentra realmente tu problema en vez de achacarlo a la edad.
Pregúntate: ¿Realmente la edad es mi
impedimento para estudiar bien o lo son los siguientes puntos?
·
¿Soy
consciente que estudiar bien es una habilidad que se aprende?
·
¿Conozco
técnicas para estudiar adecuadamente el material?
·
¿Tengo
una estrategia de estudio definida? Es decir, tengo un plan de comportamiento
sobre qué hacer y cómo hacerlo a la hora de estudiar?
·
¿Se cómo
planificar?
·
¿He
planificado correctamente mi material a estudiar a lo largo de un periodo de
tiempo?
·
¿Tengo
objetivos a corto y largo plazo en relación a mis estudios?
·
¿Se
ponerme metas y objetivos de forma definida?
·
¿Soy
consciente de que hacer y cómo hacerlo para elevar mis niveles de
concentración?
·
¿Gestiono
bien mí tiempo?
·
¿He
analizado como puedo combinar de la manera más óptima mis estudios con mi
trabajo, vida familiar, hobbies etc.?
·
¿Tengo
un hábito de estudio definido o sé cómo puedo crearlo?
Si has contestado NO a más de dos de estas preguntas
tu problema no reside en la edad. Y eso es muy bueno. Significa que puedes
realizar ACCIONES concretas para cambiar las cosas. Significa que
puedes aprender y dominar cada uno de los puntos anteriores y generar cambios
en tu forma de estudiar.
Tienes CONTROL sobre la situación.
Por ejemplo, hay muchas personas que están trabajando,
tienen niños a su cuidado y además comienzan a estudiar. En este caso es fácil
caer en la trampa de achacar la dificultad del estudio a la edad en vez de a la
gestión del tiempo personal.
O por ejemplo, personas que se encuentran con
materiales a estudiar sin ningún plan de acción y sin herramientas. sin saber
“cómo aprender”. Nadie les enseñó. Asumieron que su problema es la edad y la
falta de capacidad. (De nuevo elementos que se escapan a nuestro control). Es
como si un carpintero tiene que trabajar sin herramientas y sin las
instrucciones para funcionar y acaba creyendo que no puede porque es mayor para
ello. Absurdo ¿Verdad?
Afrontémoslo. Muchas veces achacamos a la edad
problemas que no son causados por ella. En ocasiones lo hacemos con la
intención de no asumir el esfuerzo y responsabilidad que implica un aprendizaje
nuevo. Es más cómodo decir “no puedo estudiar debido a mi edad “ y permanecer
inmóvil, que tomar acción y cambiar las cosas. Como no podemos cambiar nuestra
edad no hacemos nada. Es la excusa perfecta.
Otras veces un desconocimiento de “cómo “ aprender nos lleva a pensar así y
elaboramos creencias tan demoledoras para nuestra capacidad de aprender.
Paso 2:
Reconoce tus fortalezas
Por otra parte, estudiar en la edad adulta implica
ventajas importantes que muchas veces no percibimos al estar aferrados a esta
creencia y centrados en nuestras limitaciones. Reconocerlas te a permitir darte
cuenta de que tienes en tu favor dos de los elementos más importantes para el
éxito en tus estudios, la MOTIVACIÓN y el INTERÉS:
·
Con la
edad tienes generalmente más
conciencia de lo que haces y porque lo haces que una persona que sale sin reflexionar de la
dinámica colegio-instituto-universidad.
·
Tienes
las ideas más claras y tu
decisión de empezar a estudiar o retomar los estudios está fundamentada en un
proceso de reflexión más profundo y con mayor experiencia.
·
Tienes más interés por lo que vas a estudiar. Cuando somos más jóvenes muchas veces nos
metemos en formaciones que no se adaptan a lo que realmente valoramos y
estudiamos por estudiar o porque es lo que toca.
·
Tienes
una mayor conciencia de lo que quieres a largo
plazo basada en tu experiencia.
·
Tu decisión
suele está mejor fundamentada y enmarcada en un proyecto de futuro más sólido.
Todos estos factores son realmente más importantes de
lo que mucha gente piensa. Estar motivado y tener interéses
más difícil de conseguir que aprender una estrategia de estudio y tener buena
técnica.
El
interés y la motivación son la gasolina del aprendizaje.
La técnica y estrategia son el vehículo.
La técnica y estrategia son el vehículo.
Desde mi punto de vista la clave de este asunto
realmente no es si con la edad nos cuesta más estudiar o no. Sino más bien en que
todos podemos mejorar independientemente de nuestra edad. Tenemos el
control y poder para hacerlo.
Paso 3:
Ejecuta acciones sobre elementos que sí puedes controlar.
A continuación te dejo una serie de recursos que te
pueden ayudar a eliminar excusas y pasar a la acción. Hacen referencia a los
aspectos del paso 1 sobre los que SÍ tenemos control. Contiene información
valiosa y planes de acción para dar pasos que te acerquen a tus objetivos.
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